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Eduardo Sojo
La caricatura como lanza
Ilustrador y caricaturista español, conocido como Demócrito, es un precursor fundamental de la caricatura política en Argentina. Fundador de la revista Don Quijote (1884–1905), utilizó su arte para criticar fuertemente al régimen conservador nacido del roquismo. Fue perseguido y encarcelado por sus caricaturas, que retrataron gobernantes como Miguel Juárez Celman, Julio A. Roca y José Evaristo Uriburu en clave animal. Su legado visual y satírico dejó una huella clave en el humor gráfico argentino y español.
Eduardo Sojo (1849 -1908)
Nacido en Madrid en torno a 1849, Eduardo Sojo fue un dibujante y caricaturista de ideología republicana que firmaba como Demócrito. En España colaboró antes de 1883 con publicaciones satíricas como El Motín, Madrid Cómico, Gil Blas y La Broma, consolidando un estilo crítico de corte político.
Exiliado en Argentina en 1883 por persecución política en su país, fundó el 16 de agosto de 1884 la revista satírica Don Quijote, que se publicó hasta 1905. Esta revista se caracterizó por su humor agudo, su compromiso con las causas republicanas y su apoyo a movimientos como la Revolución del Parque de 1890.
La obra de Sojo destacó por su denuncia al fraude electoral y los excesos del poder del gobierno de Juárez Celman: representó al presidente como un “burrito cordobés”, a Julio A. Roca como un zorro y a José Evaristo Uriburu como un búho. Su trabajo le valió censuras, arrestos y el secuestro de las piedras litográficas utilizadas para imprimir. Como respuesta, publicó caricaturas y transformó esas represalias en discursos visuales críticos y mordaces.
En 1887 fue encarcelado por orden de la Cámara de Diputados debido a sus obras, un caso que derivó en uno de los primeros precedentes en materia de control de constitucionalidad en Argentina.
Durante la Revolución del Parque, Don Quijote jugó un rol central en la construcción del sentimiento opositor. Leandro N. Alem llegó a afirmar que “la revolución de 1890 la hicieron el pueblo y Don Quijote”. Tras el hecho, Sojo editó un número extraordinario de la revista para recaudar fondos en beneficio de todos los damnificados.
En 1892 retornó a España y fundó allí otra versión de Don Quijote en Madrid, que se publicó hasta entrado el siglo XX, con la participación de escritores como Pío Baroja, Vicente Blasco Ibáñez, Rubén Darío y Antonio Machado.
Falleció el 20 de febrero de 1908 en Madrid, tras padecer un cáncer de lengua que le produjo una dolorosa desfiguración. Su obra está preservada en colecciones como las del Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires.
Exiliado en Argentina en 1883 por persecución política en su país, fundó el 16 de agosto de 1884 la revista satírica Don Quijote, que se publicó hasta 1905. Esta revista se caracterizó por su humor agudo, su compromiso con las causas republicanas y su apoyo a movimientos como la Revolución del Parque de 1890.
La obra de Sojo destacó por su denuncia al fraude electoral y los excesos del poder del gobierno de Juárez Celman: representó al presidente como un “burrito cordobés”, a Julio A. Roca como un zorro y a José Evaristo Uriburu como un búho. Su trabajo le valió censuras, arrestos y el secuestro de las piedras litográficas utilizadas para imprimir. Como respuesta, publicó caricaturas y transformó esas represalias en discursos visuales críticos y mordaces.
En 1887 fue encarcelado por orden de la Cámara de Diputados debido a sus obras, un caso que derivó en uno de los primeros precedentes en materia de control de constitucionalidad en Argentina.
Durante la Revolución del Parque, Don Quijote jugó un rol central en la construcción del sentimiento opositor. Leandro N. Alem llegó a afirmar que “la revolución de 1890 la hicieron el pueblo y Don Quijote”. Tras el hecho, Sojo editó un número extraordinario de la revista para recaudar fondos en beneficio de todos los damnificados.
En 1892 retornó a España y fundó allí otra versión de Don Quijote en Madrid, que se publicó hasta entrado el siglo XX, con la participación de escritores como Pío Baroja, Vicente Blasco Ibáñez, Rubén Darío y Antonio Machado.
Falleció el 20 de febrero de 1908 en Madrid, tras padecer un cáncer de lengua que le produjo una dolorosa desfiguración. Su obra está preservada en colecciones como las del Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires.